jueves, 29 de agosto de 2013

quimera de arezzo

A este nombre, que ha tenido una fortuna decididamente mayor que la del monstruo al cual se refería, se le atribuyen distintos significados. Ante todo se designa con este nombre a una fantasía irreal, una aspiración imposible, una creencia vacía. En segundo lugar, en el campo artístico “quimera” es cualquier tema de camafeo en el que varias figuras de seres diferentes estén reunidas en un solo cuerpo, y por tanto un híbrido. Por último, en el campo biológico se denomina así a los resultados de experimentos teratológicos, basados en la hibridación entre especies diferentes. De ahí se concluye que la Quimera se ha convertido en el símbolo por excelencia de la mescolanza irreal de formas y, por metáfora, de lo increíble y de lo imposible.
Muy incierta también es su forma, pero en todo caso parece que siempre formaba parte de ella la cabra (como se concluye del nombre), el león (casi todos los hijos de Equidna y Tifón tienen algún carácter leonino) y la serpiente (los dos padres tienen, al menos en parte, forma de ofidio). Sin embargo, estos componentes están distintamente unidos entre sí. A veces la cabeza es de león, el cuerpo de cabra y la cola es de serpiente (y en este caso la quimera tiene por consiguiente dos cabezas); a veces tenemos en cambio un solo cuerpo, de león o de cabra, y tres cabezas, de león, cabra y serpiente; a veces, finalmente, tiene las tres cabezas de los animales pegadas a partes distintas de un único cuerpo, generalmente de león. A este último tipo pertenece la más célebre estatua de la Quimera, la etrusca hallada en Arezzo en el siglo XVI.

Cuando el héroe llegó junto al rey de Licia, fue acogido con grandes honores; pero cuando el rey leyó el mensaje, no pudiendo faltar a los deberes de hospitalidad pensó en pedir al héroe que llevase a cabo algunas empresas, de las cuales pensaba que no saldría vivo. La primera de estas empresas es precisamente matar a la Quimera, lo cual lleva Belerofonte fácilmente a término, gracias además a la ayuda incomparable que le proporcionaba poseer el corcel alado Pegaso. Se dice que Belerofonte llegó a matar al monstruo gracias a una lanza sobre cuya punta había disuelto plomo; la Quimera, con su aliento de fuego, fundió todo el plomo, que la asfixió al solidificarse en su garganta.

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